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El asalto
Es el tipo de cosas que suele pasarme, en cualquier sitio donde esté, en Santiago, París o Londres. Era el Jueves Santo y... yo caminaba por Providencia con el vago destino del Banco y quizás un café en el Tavelli...
- (plano de suspenso) Son las 9:30 Prendo la Tele, un poco tarde, para ver noticias y escucho el final de una que me trae a una realidad
distinta, algo que hasta ese momento encontraba divertido. La locutora dice..." extraño asalto en Providencia, el asaltante está plenamente
identificado y según la policía será detenido las próximas horas...fin de la noticia.
Vuelvo al comienzo
- Voy caminando por Providencia, un poco como "un mojón de acequia" enredándome por aquí y por allá, en una vitrina de libros, en una mercería, saludando a la pasada alguien vagamente conocido.....
Me llega de sorpresa un ¡Hola !- un compañero de la Escuela de Ingeniería de hace..... media eternidad.. habíamos sido bastante compinches y decidimos tomarnos un café y conversar un rato. Mientras caminábamos hacia el sitio elegido, él se tropieza y cae un poco contra una muralla, golpeándose la cabeza. Lo afirmo y me dice, no fue nada, pero, casi de inmediato, se pone muy confuso. Yo le pregunto a qué clínica lo llevo, ahora está muy irritado y me dice : -quiero ir a mi casa. Le pregunto dónde está, cuál es la dirección, me responde en forma rara, pero entiendo que es en un calle corta que no está muy lejos del sitio donde nos encontramos, el número una incoherencia . Lo arrastro a un taxi, llegamos a la calle, nos bajamos, reconoce el edificio camina muy derecho, pero yo temo que se desmaye en cualquier instante, saca sus llaves, entramos, busco al portero, para pedirle ayuda, dejarlo en sus manos e irme a casa. No hay nadie, subimos el ascensor, llegamos a su Depto. Lo abre y se deja caer en el sofá del living. Le pregunto el teléfono de su mujer, me contesta un número sin pies ni cabeza, luego se desmaya. Pienso, junto al teléfono debe haber una libreta con direcciones y el teléfono suele estar a la entrada del Depto. Lo dejo en el sillón del living, mientras busco el teléfono imaginado para llamar a su señora o quizás mejor a un servicio de urgencia. En ese momento suena la cerradura de entrada . ¡Que alivio! ¡Por fin alguien a quien pasarle el muerto! ( ¡Que maldita frase hecha!). Abre la puerta una señora, me voy a dirigir a ella y se pone a gritar ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Un asalto! ¡Un asalto! corre gritando hacia los ascensores, yo voy detrás tratando de tranquilizarla y explicarle que su marido tuvo un accidente y que estoy ayudándolo. A los gritos se entreabre una puerta y se asoma unaempleada doméstica que se une a los gritos. Aquí uso un recurso extremo y siempre eficiente, de ingeniero frente a una situación histérica : dar órdenes. Le digo a la empleada: -¡Baje y traiga al portero!. . La señora aún grita y grita. Aparece, por fin, el portero con mucha cara de susto.
Le digo que el dueño del Depto. ha tenido un accidente, que se asome y vea que necesita ayuda. Muy asustado se asoma y sale casi inmediatamente. Le digo que acompañe a la señora a asomarse al depto. y vea que el marido está accidentado. La señora, con mucha reluctancia, se asoma, ve a su marido en el suelo y grita ¡Lo mataron! ¡Socorro el depto. está lleno de hombres!. En ese momento el "cadáver" tiene a bien sentarse y decir ¡Hola Alicia! ¿Por qué tantos gritos? y se tiende de nuevo en el suelo. Aprovecho el desconcierto y le doy una orden : -¡Llame a su médico!-...Mi hijo es médico.. -¡Llámelo! . Llama por teléfono, el hijo aparece y ella comienza a decirle. ¡Juanito asaltaron a tu papá, creo que lo mataron! etc. Yo de nuevo actúo y le digo -páseme el teléfono, -me lo pone (no me lo pasa) y yo le digo al hijo :-Su padre tuvo un pequeño accidente y está confuso de conciencia, temo que tenga una hemorragia, un hematoma subdural, venga o mande a alguien de inmediato. Este grita un -¡Voy! que se oye claramente lejos del teléfono, le digo a la señora: Tranquilícese, su hijo viene para acá. Momento de calma. Miro la hora y con espanto veo que son más de las 2 P.M. ¡Horror! ¡En mi casa deben estar aterrados, dije que estaría allí a la una!. Me doy vuelta le digo al portero, que no me escucha de terror : -el señor se cayó en la calle, dígaselo al doctor, yo tengo que irme. Recogí una bolsa con algo que había comprado y caminé hasta la escalera y luego de un salto partí raudamente escalera abajo. Al llegar frente a la puerta de entrada viene entrando alguien lleno de paquetes que gentilmente me abre la puerta y luego la reja de entrada. Yo salgo con toda la dignidad que me permiten mis nervios, pues comienzo a estar asustado. Veo un taxi en la esquina, corro hacia él (cosa digna para cualquier persona apurada) y en el momento de subirme a él, miro atrás y veo al portero mirando y a lo lejos una patrullera. Esto aumentó mi inquietud, ¿Vendría por mi?, pensé, quizás alguna empleada con los gritos llamó a carabineros. Le digo al taxista ¡Lléveme al metro! que está sólo a pocas cuadras de allí. Me bajé del taxi y subí al metro. Allí comencé a pensar, cosa que, en el fragor de la situación, no lo había hecho. ¿Y si mi amigo muere sin recobrar su lucidez? ¿Si queda con amnesia? En el mejor de los casos soy un asaltante. Nadie me vio entrar. "Vi"( en mi mente) a la mujer aún gritando, a los policías registrando el Depto. tipo T.V. deslizándose por las murallas, pateando puertas, abriendo un closet a patadas....después ¿Qué parte de ese desbarajuste "fue hecho" por mi?. A estas alturas descubro que me he pasado de largo, estoy en otra estación. Me devuelvo. Hay un par de policías observando la gente de la otra línea. Ya tengo el temor en la piel. Salgo del andén caminando lo más "tranquilamente" que puedo, corro escaleras arriba y tomo de un salto un bus que va pasando.
Llego a la casa y cuento la historia. Mi esposa me dice que llame por teléfono y pregunte por mi amigo. Yo no tengo ninguna gana , pero ella insiste. Por suerte no aparece en el Directorio, Guía o como se llame. No aparece. Vagamente recuerdo que tenía un primer nombre, que no usaba, que debe ser el que aparece en el guía, de su apellido hay cientos. Respiro aliviado. Tengo muy claro que debo desaparecer del mapa, que no hay nada que yo pueda hacer sin meterme en líos.
Durante el resto de la tarde relato varias veces el episodio a amistades que llegan a visitarnos (estamos sólo par un par de días en Santiago) y este pierde poco a poco su importancia y se transforma en un tema de reflexión sobre la violencia en las grandes ciudades y lo paranoide que se ponen sus habitantes, nos reímos un poco de la "vieja histérica"...je, je... Con las visitas se me pasó la hora de las noticias y cuando me recuerdo y prendo el televisor escucho el final de algo: -"..extraño asalto en Providencia, el asaltante está plenamente identificado, será detenido las proximas horas". No puedo dejar de pensar que soy yo el asaltante. Me pregunto si "mi asalto" aparecerá en las noticias de la noche. ¿Estará la señora aún gritando?, ¿Contarán que mi amigo está muerto o quizás sólo grave, después de ser operado exitosamente?.... . Tal vez los retratos hablados. Ahí pensé que había estado todo el tiempo en el corredor, mal iluminado y tuve la esperanza de que serían totalmente confusos, más informativos de las "fantasías de los testigos" que de mi persona etc.. No me ateví a mirar las noticias.
Al día siguiente desperté y mi primera frase fue preguntarle a mi mujer ¿Tu pedirías el indulto presidencial para mi? Tomé consciencia de que podía estar, quizás estaba, en una maquina de Mardones ( para moler huevones) sin salida. Un cuento de Camus.Volvimos a Nercón, y acá tenía mi libreta con teléfonos. Y después de un par de días decidí llamar a un amigo en común con el cual tenía un buen pretexto. Luego de un rato, incidentamente le pregunté, entre otros por mi amigo (el asaltado).Me contestó -¿No sabes? Lo asaltaron, recibió un golpe en la cabeza, tuvo un hematoma subdural o algo así, lo operaron con éxito, pero no recuerda nada. No sabe que le pasó, ni nada de ese día. Fué algo muy misterioso. Tal fué así, que llamé a mi sobrino, que trabaja en Investigaciones y él me dijo, en forma muy confidencial, que el asalto había sido hecho por alguien " muy profesional", lleno de sangre fría manejó a todo el mundo sin "sacar un arma", no dejó ninguna huella, no tocó la puerta, ni el teléfono, se llevo "el botín " delante de todo el mundo, estuvo siempre a la sombra, y se fué tranquilamente. Si hubiera sido un asaltante corriente hubiera amenazado con armas, etc. Los retratos hablados son muy confusos. lo único en común que tienen es que: era un hombre joven (entre 30 y 40 años, je, je) muy ágil, capaz de bajar de un par de saltos la escalera (el portero habría intentado seguirlo), que usaba zapatillas, que tenía barba postiza (información del taxista) y un marcado acento extranjero , colombiano o cubano. El propósito no estaba claro, se supone que se trata de algo muy importante, por "el alto nivel" del personaje que hizo el asalto. Piensan que tiene que ver con un asunto de drogas y que nuestro compañero fué confundido, por alcance de nombre, con alguien que ellos mismos estaban buscando, con gran discreción en una operación muy secreta de la que no podía hablarle más.
Lograron parar la noticia para no entorpecer su investigación. Con todo esto yo quedé bastante más tranquilo, pero no me atrevía decirle a mi amigo: sabes, el asaltante fuí yo. Pensé que iban a querer confirmar toda mi historia y nadie había visto nada. Para que decir que a los pocos días tuve un buen escalofrío en la espalda cuando salió en los diarios la detención de connotados personajes, algunos ingenieros como parte de una grande y secreta investigación sobre tráfico de drogas y lavado de dinero, realizada durante cinco años, etc., etc.
...Total una pequeña anécdota de gran ciudad.
Algún tiempo después, como la historia me había quedado dándome vuelta, pues algunos de mis amigos, insistían en que yo debería haberme quedado allí y que en todo caso debería aclarar la situación, (aunque yo pensaba que en el mejor de los casos me iba a ganar varios días de cárcel y quizás más de algún "apremio" antes de llegar recién el Lunes delante de un juez) decidí volver a llamar por teléfono a Santiago.
Le presenté a mi amigo la siguiente situación: imagínate que hubieras sido tu quien se encontró con, digamos, Alonzo y te hubieras visto en todo el enredo pregúntale a tu sobrino que deberías haber hecho y que deberías hacer ahora.
La respuesta del sobrino fué neta: hacerte humo y morir pollo.. otra cosa te metería en un lío tremendo.... si por casualidad fuiste tú tío... muere pollo, muere pollo.
Draco Maturana,
Príncipe de Nercón, patria de los arcoiris.
Casilla 14, Castro
Chile,
Fono: (65) 636176
e-mail: dracomat@entelchile.net
RUT: 1.982.173-0
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