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Un cuento con alas (para mi mamá que siempre me recibe con una sonrisa de cielo) Mi sueño fue siempre volar y no pensar mucho mientras lo hacía y por eso mi asombro cuando a los 6 años por primera vez me subo a un avión, claro que no era lo mismo que volar uno solo y extender sus alas hacia lo infinito. En realidad, me asombré solo un momento y luego el avión me pareció una desilusión, tenía varias razones para estar desilusionado y la primera era que siempre me habían dicho que Dios estaba sobre las nubes y en el avión volamos sobre las nubes y no vi por ningún lado a Dios y mi mamá justifico diciendo que no lo vimos por que Dios esta más arriba pero yo creo que jamás ha estado en las nubes por que por algo dicen que si uno pisa una nube se cae por una cuestión del vapor o algo así. La cosa es que no estaba allí y para mí que está en un planeta privado ,aún no descubierto protegiéndonos a todos y enviando angelitos por cualquier percance. Tal vez esté en la luna y Mark Armstrong simplemente no lo vio. El otro día un chico me preguntó si le convidaba de mis galletas, y que ya vería como me concedería un deseo cuando yo lo pidiera, y aunque no lo creí, como cualquier desengañado de la vida lo hubiera hecho, le dí la galleta ,pero le di 4 galletas y pensé que si pudiera cumplir deseos se los cumpliría él y se daría a él mucho más de 4 galletas. -Si tu cumples deseos ¿por qué no te cumples el deseo a ti mismo de tener galletitas?- pregunté yo comprobando si era verdad.- -Porque le doy deseos a los demás y por darme cuatro galletitas voy a perder de otorgar 4 deseos a otros. -Pues puedo pedir uno ahora? -Si tu quieres, pero yo te recomiendo aprovecharlos bien. -Este lo voy a aprovechar muy bien, ¡quiero volar! El chico dio unos movimientos raros y me dijo que tomara un poco de los polvitos de una bolsa que me pasó cada vez que quisiera volar, y yo al tiro me puse a intentarlo y luego podría hacer un trineo con asientos y todo y ponerle polvitos y crear una aerolínea. Esta mañana me puse a pensar que más pediría y vi un chico que no podía caminar y me imagine a mí soñando con volar, mientras él ni caminaba así que mi deseo fue que todos los niños pudieran caminar y mi tercer deseo fue este: ser mágico! Era buena idea por que podría hacer lo que se me ocurriera y entonces el chico me fue a ver y me dijo que lo que deseara lo encontraría en mi bolsillo. Desde ahora tengo la magia de los nobles... las buenas intenciones. Constanza Gutierrez Obreque Nercón email: uka@netnow.cl |
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